La felicidad entre pinceles, la pasión de colores y así, trazo a trazo, los sueños de Davel cobran forma.

David Lavernia lo tenía claro, quería vivir de su arte, poder pintar cada rincón de su vida y decorar todas las calles de Miami con sus creaciones.

Se enfrenta a cada día con la energía de emprender un nuevo reto, buscando nuevos lugares que pintar y proyectos que le ilusionen.

Es soñador, divertido y espontáneo. Recorre las calles de Florida a bordo de su monopatín y vive la vida intensamente, disfrutando de las pequeñas cosas.

Mira sus obras y sonríe. Disfruta del arte en todas sus facetas y a la vida, sólo le pide, seguir caminando para seguir soñando.

Sus obras las firma como Davel y sus pies dejan huella con Pikolinos.